Femdonia.Azotaina con público - Relatos Eróticos

Femdonia.Azotaina con público

... afortunadamente todo tiene un fin.

Como siempre, el sonido de la zapatilla cayendo al suelo supuso el fin del castigo, pero hasta que mi Ama no me dijo “levanta”, yo no lo hice, y lo hice para quedarme de rodillas a su lado, a su vera como a mí me gustaba estar y como a Ella le gustaba tenerme.

Mientras ella buscaba con su pie la zapatilla sin mirarla e iniciaba las maniobras para calzársela, volvió a mirar a todas, y les dijo.

-Aunque ya sé que alguna piensa que soy muy mala, que soy lo peor,( mi Ama miró a Marta sin cortarse ni un pelo) a mí me da igual lo que penséis de mí, y creo que el castigo de Ramón todavía no ha terminado; Julia, he visto cómo te has asustado cuando te ha puesto mi chaqueta, así que creo que tienes derecho, a darle su merecido, no te voy a obligar por supuesto, puedes pegarle o no, pero si no lo haces tú, lo voy a hacer yo, y seguramente va a ser peor para él, así que tú me dirás.

-Me parece bien Pepi, estoy dispuesta, tú me dirás cómo, Ramón es tuyo y creo que lo debo de castigar como tú me digas.

-Gracias Julia, no esperaba menos de ti, Ramón, toma, dale mi zapatilla, y apóyate en la mesa, ya sabes cómo, no te bajes los calzoncillos, a culo desnudo de momento sólo te pego yo.

Así que tras descalzarse de nuevo con una patadita, recogí la zapatilla, se la di a Julia que estaba sentada en el otro extremo del sofá, y me dirigí a ponerme en el extremo de la mesa con el cuerpo doblado 90 grados, y procurando sacando bien el culo como ...

... hacía para los castigos.

Vi de reojo como Julia se levantó con algunas dudas, miró a mi Ama, ésta asintió, y entonces se colocó a mi izquierda, agarró la zapatilla bien fuerte con la mano derecha, y con la izquierda acarició la suela como para comprobar que todo estuviera bien, y parece ser que sí que estaba, porque pronto, subió el brazo y ZASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS, cayó un obús sobre mi culo.

Joder, pensé yo, con la cara de mosquita muerta, y de buena persona que tiene, como me ha podido dar este zapatillazo esta mujer?, pero vaya que si me lo dio, no uno sino ese y otro y otro y otro y otro y otro y otro más, yo creo que no quería quedar mal delante de sus compis y amigas, y sobre todo delante de mi Ama, ella se tomó la invitación al castigo como un halago, y no quería parecer desagradecida, y desde luego que no lo fue.

El problema de la mesa del comedor de mi Ama es que es lo suficientemente larga para poder llegar con mis manos al otro extremo y así poder agarrarme un poco, y de esa forma la paliza se hace todavía más dura, porque no sólo es aguantar los azotes, es aguantar la posición, no quería dejar mal a mi Señora por nada del mundo, y quería permanecer quieto y sin abrir la boca, pero fue imposible, se me escaparon un par de gemidos, y una de las veces a punto estuve de perder el equilibrio, pero todo ello no varió ni un ápice el desarrollo de la tunda, aquella mujer era un robot, menudo palizón me estaba dando.

Era metódica como lo era mi Ama, o quizá me ...