Femdonia.Azotaina con público - Relatos Eróticos

Femdonia.Azotaina con público

... azotaba así porque lo había visto de ella, es decir alternando las nalgas, pero cuando se me escapó el segundo gemido, pareció haberse enfadado, y me dio al menos ocho o diez durísimos azotazos sobre un muslo, y después los mismos sobre el otro, estaba claro que estaban siendo azotes de castigo debido al gemido, todos lo eran por supuesto, pero aquellos más, joder con Julia, como se las gastaba, yo creo que la paliza era ya más dura que la que me había dado mi Señora, yo volvía a llorar como un grifo abierto, más tarde supe que mi Ama le hizo un gesto para que parara la paliza, y Julia terminó la tunda con esos 20 tremendos azotes sobre mis desnudos muslos.

El silencio se adueñó del salón, vi de reojo que Julia no sabía muy bien que hacer, y cuando iba a devolverle la zapatilla a Pepi, ésta le dijo.

-Dale la zapatilla a Ramón.

Entonces me incorporé con aquel permiso implícito de mi Ama, y aunque sentí mil agujas sobre mi culo y muslos al ponerme de pie, fue un alivio saber que la zurra había terminado; Julia se puso frente a mí y me entregó la zapatilla de mi Ama, me miró fijamente y no vi ni un atisbo de pena en sus ojos, vi frialdad, y con un leve asentimiento de su cabeza, pareció decir, he cumplido con mi obligación.

Me sentí un poco desvalido, y fue un alivio ver a mi Ama esperándome sentada en el sofá, además me encantó su pose, estaba con su pie desnudo enfundado en una media, sobre su zapatilla izquierda, sin duda para no coger frío. Me tiré casi ...

... literalmente de rodillas a calzarle su zapatilla, se la puse con delicadeza, Ella juntó sus pies, y yo aproveché para besarle las zapatillas, primero la derecha con la que me habían azotado, además fue un beso intenso me gustaba sentir sus dedos por encima de la felpa de la chinela, intuí que a mi Señora le gustaba aquella estampa, así que me fui a la otra zapatilla e hice lo mismo, besé y olisqueé como si fuera un perro, me encantó sentir como movía sus dedos en señal de aprobación, entonces me tocó la cabeza para que terminara, levanté la cabeza, pero me quedé de rodillas junto a ella.

-Bueno ahora que parece que estamos más tranquilos todos, ya sabéis cómo funcionan las cosas en mi casa, aunque a alguna le parezca mal.

-Pepi, de verdad que por supuesto puedes castigar como quieras a Ramón, y me parece muy bien, yo lo único que digo es…

Yo ya estaba harto de oír hablar de mi Señora, así que de rodillas como estaba junto a ella, me giré hacia ella y le dije:

-Si me permite, mi Señora (Ella lo hizo con una leve inclinación de su cabeza) y si me permitís todas, os quiero decir algo, sobre todo a ti Marta, mira, mi Ama me pega cuando quiere, como quiere, donde quiere, y con lo que a ella le dé la gana, sabes por qué? Porque es mi Ama, no tendría que haber más razones, pero es que hoy había un par de motivos, en primer lugar me he confundido en ponerle la chaqueta, y eso para mí es imperdonable, me ha pegado dos guantazos, y me podría haber dado 20 y no hubiera pasado nada ...