La agradecida
Fecha: 16/07/2025,
Categorías:
Sexo Oral
Autor: Escribano, Fuente: TodoRelatos
... pechos, y empezó a manosearlos.
-Menudos melones qué tienes, qué buenos…- decía medio jadeando.
Atrás había quedado esos pequeños movimientos de cadera del inicio. Su polla entraba y salía con rapidez de la boca de María, pero sin llegar a introducirla del todo para no atragantar a María, que seguía inmóvil con las manos encima la mesa. Javier mantenía su cabeza firmemente agarrada, hacía presión con la mano, de manera que la mejilla de María estaba en contacto con su vientre, y el joven se follaba su boca marcando el ritmo y la profundidad de sus embestidas. Pellizcaba y tiraba de los pezones de María, duros como piedras, mientras su placer aumentaba.
María se sentía, deseada por el joven, oía sus gemidos, muy parecidos a los que en su día le había arrancado Sandra en la habitación. El vigor de ese miembro en su boca, había llevado a su cuerpo a un estado de embriaguez, donde ya nada importaba, ni nada más había. La manera como Javier le transmitía el placer que sentía con ella, la hacían gozar. Apretaba las piernas con fuerza, y sentía como el fuego de su interior la abrasaba, y su instinto le gritaba que se acariciase para aumentar aún más ese placer. Pero tantos años de educación cristiana habían hecho mella en ella, y la vergüenza era más potente que el hambre.
Los dedos de Javier castigaban sus pechos, amasándolos con pasión, y pinzando sus pezones, administrándole una extraña mezcla de dolor y placer, que la hicieron traspasar una línea invisible que ...
... desconocía.
Un temblor empezó a azotar las piernas de María, mientras se le cortaba la respiración. Por un momento pensó en que estaba sufriendo un ataque al corazón, pero le era totalmente imposible detenerse, de golpe, todo a su alrededor pareció iluminarse, y algo exploto en su interior. Tensando hasta el último músculo de su cuerpo. Inmóvil, mientras un joven se estaba follando su boca, tuvo su primer orgasmo. Con los ojos en blanco, y creyendo que aquellos eran sus últimos instantes en esta vida, aguantando uno tras otro los espasmos que la atravesaban.
Javier se dio cuenta en el acto.
- ¡Si, puta, yo también me corro !!!-Le dijo mientras eyaculaba un primer chorro de semen en el interior de la boca de María, apretando con fuerza su cabeza y dejando que un fuerte gruñido de placer saliese de su garganta.
María experimentaba la tercera oleada de un orgasmo que parecía quererle quitar la vida, cuando sintió el líquido caliente en su boca, que sin ni siquiera pensarlo, tragó, como si estuviera muriendo de sed.
Mi niño, dame toda tu leche. Aliméntame… aquel deseo era todo lo que se le pasaba por la cabeza en esos momentos, en que sus uñas se habían clavado en el tapete de la mesa y su cuerpo se elevaba hasta donde nunca había alcanzado. Agradeciendo cada chorro se expulsaba en su boca, recibiéndolo como si fuera un regalo.
Javier observaba su polla abrazada por los labios de María, y como iba tragando todo lo que fue capaz de eyacular.
Cuando sintió que la paz ...