Mi hermana siempre estuvo más buena que yo - Relatos Eróticos

Mi hermana siempre estuvo más buena que yo

... Nunca hablamos de lo sucedido y no sé si Hugo le contó lo que pasó esa noche de sábado. Siempre he creído que la respuesta es no. Y que en caso de duda, mejor no preguntar.

Sara disfruta de su hijo y yo de no tener ninguno. Una vez al mes, salimos de tardeo y un poco achispadas nos vamos de compras. Siempre jugamos a lo mismo. Nos probamos diversas prendas y a veces dejo la cortina abierta yo, a veces la descorre de golpe ella, para que algún marido, novio, dependiente… nos vea semidesnudas y empiece a tartamudear, a poner los ojos como platos, o a sudar antes de recibir una colleja de su mujer, novia… prometida. Luego seguimos bebiendo y nos reímos de nuestras aventuras. Las hermanas Macis han vuelto a la ciudad.

Una vez al año quedamos en un reservado de un restaurante los dos matrimonios. Todos hacemos ver que nada ha pasado. Fingimos ser felices y hablamos de trivialidades. La última vez invitamos a Guille y a su novia. Están a punto de casarse. Guille se mostraba visiblemente incómodo y no sabía dónde mirar, uno por mi escote de vértigo y dos por el vestido de Sara: largo pero abierto hasta la ingle. Sólo una vez el pobre hizo una referencia al pasado:

–Clara, Sara… aquel verano me salvaste la vida.

–Aquel verano, querido –repliqué yo–, todos nos salvamos la vida a todos.

Hugo apuró su bebida clavando su mirada en el fondo de la copa, sin mirarme. Igual que aquella mañana en que me conminó a marcharse y, sin bien saberlo, me dio la libertad que yo misma llevaba negándome desde hacía una década.