1. LNE (8). La forma del fango


    Fecha: 30/09/2025, Categorías: Grandes Series, Autor: Schizoid, Fuente: TodoRelatos

    ... perfecto…
    
    Cristina lo miró de reojo, desde abajo, sudando a mares, la mirada un poco perdida, la boca entreabierta.
    
    —Te lo he… dicho siempre… —bromeó, aunque su voz ya temblaba ligeramente—. Ahora solo... disfrútalo…
    
    Y así lo hizo. César marcó el ritmo con unas embestidas potentes, firmes, golpeando con sus caderas y haciendo que su polla entrase hasta el fondo, hasta los huevos, en ese culo ya totalmente roto y entregado. A veces se detenía, respirando como si recuperara el equilibrio en un muro estrecho. Otras, se inclinaba hacia ella y le acariciaba la espalda, le azotaba las nalgas, le apretaba con fuerza la cintura, cogiendo impulso para follarla más y más rápido.
    
    El momento se volvió cada vez más denso, como una cuerda tensándose. El calor crecía entre sus cuerpos, no desde la fricción, sino desde la energía que compartían. Desde el atrevimiento de cruzar juntos una frontera que, además que física, era emocional.
    
    —Cristina… —murmuró él, apenas conteniéndose.
    
    —Lo… sé —susurró ella, con una sonrisa torcida, gimiendo, jadeando, bufanda.
    
    No necesitaban sincronizarse. Ya lo estaban. Y cuando el cuerpo de ella tembló como si un pulso catártico la recorriera por dentro, fue César quien cerró los ojos primero. Si orgasmo llegó con un suspiro ahogado, nada escandaloso, pero tan real, tan tangible, inundando su culo con una serie de chorros que parecían no querer acabarse nunca, mientras su culo pulsaba como un corazón enloquecido, arrancándole más y ...
    ... más semen, más y más placer, más y más gemidos.
    
    Ninguno quiso moverse enseguida. Como si cualquier gesto rompiera algo sagrado. El silencio posterior no era incómodo. Era pleno. Denso. Satisfecho.
    
    Cristina, aún arrodillada, se dejó caer de lado sobre la cama.
    
    —Noto el culo… como un bostezo, joder…—murmuró, con la voz más ronca que antes – Me arde… pero ha sido brutal.
    
    —Un buen resumen. Tosco, pero halagador… - repuso él, recobrando el aliento a duras penas.
    
    Ella rio bajito. Él le acarició la cara. Y en la quietud de esa noche húmeda, Cristina pensó que a veces, la entrega más arriesgada era también la más liberadora.
    
    ***
    
    El email llegó a las 7:42 de la mañana, con asunto en mayúsculas:
    
    “JORNADAS DE CONVIVENCIA EN LA NATURALEZA”
    
    Era de Lluvia, la tutora, y como cada cosa que ella hacía, desprendía entusiasmo, calidez… y una energía vagamente sexual que ningún padre sabía muy bien cómo gestionar.
    
    Lluvia era bajita, morena, de sonrisa constante y curvas de esas que parecen esculpidas para llevar vaqueros altos. Sus ojos grises, raros y casi líquidos, daban la sensación de estar leyéndote un poco más de lo que uno se sentía cómodo reconociendo. Algunos padres bromeaban con que si Lluvia decidía dejar la docencia, podría fundar una secta sin apenas esfuerzo.
    
    La actividad se presentaba como “una experiencia transformadora en el bosque”, donde padres, niños y tutores aprenderían sobre escucha activa, conexión con la tierra y “el poder del silencio ...
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