1. Úrsula


    Fecha: 26/10/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: Cyber Gaoler, Fuente: TodoRelatos

    ... su cara descomponerse de miedo.
    
    Cuando la abracé y le acaricié la cara comenzó a tranquilizarse, susurrando me contó que yo no era la primera “copera”. Hubo otra antes, el conde la seleccionó entre todo el servicio. Aquella muchacha, que pocos días antes era su compañera, sufrió un incidente similar. Emborrachada por sus nuevos privilegios, se encolerizó de tal modo que el conde ordenó castigar a la responsable. A su pobre compañera la sujetaron desnuda durante un día entero en el cepo del patio. A la mañana siguiente, la echaron del castillo descalza y vestida con un saco de grano hecho de arpillera y con tres agujeros para la cabeza y los brazos.
    
    Aquella historia me heló la sangre. Había visto aquel siniestro objeto de madera en el patio. Un cepo de dos piezas diseñado para sujetar a la víctima por el cuello y las muñecas. Nunca lo he visto en uso, hasta ahora pensaba que sólo se usaba con peligrosos forajidos. El hecho de que el joven conde ya hubiera tenido otra copera antes y, sobre todo, que castigara a una sirvienta de esa manera, comenzó a asustarme.
    
    No pude evitar preguntar:
    
    ¿Qué pasó con la copera anterior?
    
    Según mi amiga, debió de enfadar al conde. Una buena mañana la acusaron de robar una copa de plata. Pasó ese día desnuda en el cepo, igual que la otra muchacha. Por la mañana, los soldados la arrastraron hacia una de las torres de la muralla y nunca más se supo de ella.
    
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    Creo que ha pasado ya más de un año desde mi ...
    ... llegada. Una noticia importante circula por todo el servicio. El señor se ha prometido con una baronesa, la hija menor de un duque. Un matrimonio, que como todos los de la nobleza, sella una alianza político económica. Se ha anunciado hoy porque hoy se espera la llegada de la prometida. Las negociaciones seguramente han durado meses. Todos y todas, esperamos expectantes la llegada de la mujer.
    
    A media tarde se produce el evento. Una comitiva entra en el patio de armas: un gran carruaje, escolta armada. El conde espera a su prometida, ricamente vestido: coraza de cuero teñido de rojo con remaches dorados, gran capa con cuello de piel de lobo.
    
    Del carruaje bajan dos mujeres con ropas finas, se colocan una a cada lado de la puerta, esperan a alguien más. Deben de ser dos damas de compañía, esperan a su señora.
    
    Por fin baja la baronesa, una mujer joven, tan joven como yo o más. Gran falda negra toda adornada con hilos dorados, corpiño rojo, camisa de seda blanca. Es alta y delgada. El pelo rubio y los ojos claros.
    
    La mujer tomó la mano del conde y ambos entraron en la torre del homenaje. En cuanto los perdimos de vista, todo el servicio comenzó a mirarme de forma extraña. Más extraña, más desconfiada si cabe que antes. Todos nos preguntábamos qué pasaría con la copera ahora. Querría el conde seguir con esa costumbre, lo toleraría su nueva esposa.
    
    Aquella tarde, Doña Bárbara me llama. Con su acostumbrada voz autoritaria me dice:
    
    El conde está cenando con su prometida ...
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