Úrsula - Relatos Eróticos

Úrsula

... mí!!!

El conde se levanta sudoroso y visiblemente agotado. La mujer se coloca delante de la silla, sin sentarse. Me ordena:

Desnúdame, de cintura para abajo…

Con cuidado, veo como se desabrocha la falda. Con mucho cuidado. Si la rompo o la mancho me veo encadenada. Una vez logro quitársela la doblo con cuidado y la dejo sobre uno de los bancos, donde no se pueda manchar. Hago lo mismo con la enagua.

Ya con el sexo expuesto, ella se sienta y abre las piernas… Me dirijo hacia ella. Me para con un gesto…

Me gustaría que fuera más humillante, que se sepa quién es la esclava.

Siento unas manos fuertes que me sujetan por detrás. Es el conde. Con cuidado pero con firmeza, me junta las manos atrás y me ata. No me resisto. Me ata sin apretar y con uno de los cordones dorados que guarda siempre para su uso durante estos juegos. Yo no me recito en absoluto.

Me acerco a la baronesa. Casi me caigo al arrodillarme frente a ella con las manos atadas atrás. Una vez arrodillada comienzo a lamer su vulva con la lengua mirando hacia abajo sin atreverme a mirarla. Al notar sus primeras convulsiones, la miro de reojo: su mirada dirigida hacia arriba, probablemente con los ojos cerrados y sus gemidos me confirman que no lo estoy haciendo mal.

Continúo, continúo… Ella me agarra la cabeza, me sujeta por el pelo apretando los puños y tirando de los mechones hasta provocarme dolor. Sigo, sigo… Ella comienza a jadear cada vez más rápido. Por fin se deja ir, una repentina ...

... cascada de flujo vaginal me llena la boca. Ella termina en un gran grito y me aparta hacia atrás con un empujón.

Todavía maniatada y de rodillas veo como el conde la abraza y la levanta de la silla. La tumba sobre la alfombra y cabalga sobre ella penetrándola y eyaculando enseguida.

Después de yacer con la baronesa el conde se dirige a mí. Me levanta con cuidado y me lleva al borde de la mesa. Me inclina sobre la gran plataforma de roble hasta que mi boca besa la madera, mis manos siguen sujetas atrás.

Oigo como frota un poco su miembro, como masturbándose… ¡¡¡Ahhh!!! Me penetra desde atrás. ¿De dónde saca tanta energía? ¡¡¡Ahhh!!! Me penetra desde atrás. Noto como empuja, como entra y sale. Vuelve a eyacular rápidamente. Ha debido de ser sólo una gota, pero ha terminado…

Me desata las manos. Me besa en los labios y me pide que me vista. Mientras me estoy componiendo la baronesa me habla con desprecio:

No está mal pero no eres mejor que mis damas. Ve a tu cuarto y disfruta esa cama por última vez. Mañana por la mañana te mudas al barracón de sirvientas. Desde hoy limpiarás y ayudarás en la cocina como las demás. Que un noble tenga encuentros con el servicio es normal, no me importa, pero tener a una esclava particular sin hacer nada salvo comer, engordar y holgar en la cama no es correcto.

Me voy en silencio. No me importa demasiado pasar a ser una sirviente normal. Podría ser peor.

…………………………………………………..

¡¡¡Ehhh!!! ¡¡¡Qué pasa!!! Abro los ojos con pereza en ...