1. Úrsula


    Fecha: 26/10/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: Cyber Gaoler, Fuente: TodoRelatos

    ... una granja por su estatura y fuerza física.
    
    Sé que no opinaba bien de mi posición como copera o concubina del señor. También sé que cumplirá las órdenes que le hayan dado.
    
    El muchacho ata una cuerda al centro del cepo que sujeta mis manos. Tirando por ella me lleva al patio.
    
    Abajo todos parecen saber cuál es mi destino. Veo caras tristes de despedida.
    
    Cruzamos el puente levadizo, me lleva por el camino de tierra monte abajo. Tengo que caminar despacio, voy descalza, encadenada… Afortunadamente, este soldado no me hace correr, al menos de momento.
    
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    Toda la tarde caminando. Al llegar al pie de la colina torcimos hacia un camino que no conozco. A pesar de no ir muy rápido estoy rendida y los pies me duelen. Estaba acostumbrada a caminar descalza en la granja pero en mi época como copera pude calzar buenas sandalias de cuero y alpargatas de esparto.
    
    Hace frío y el camisón de saco no abriga en absoluto. Afortunadamente, no hemos encontrado a nadie. Vimos algún rebaño a lo lejos pero el pastor nos ignoró.
    
    Ya le he pedido dos veces agua al soldado. Las dos veces me la ha dado. Aparte de eso, no hemos cruzado palabra.
    
    Está oscureciendo. Llegamos a un riachuelo. Hay un pequeño puente de madera. Lo cruzamos.
    
    Haremos noche aquí… Saliendo mañana con el sol, llegaremos antes de mediodía.
    
    El hombre tira de mí hacia una encina. Ata la cuerda al tronco y me invita a sentarme apoyada en el árbol. Él baja al río para llenar un odre de ...
    ... agua.
    
    Me da agua. Al verme temblar de frío me arropa con una manta que lleva en su zurrón. Se dispone a comer algo: le veo sacar un trozo de tocino y un poco de pan.
    
    Antes de dar el primer bocado me mira. Algo se enciende en su interior. Se acerca y comparte conmigo su comida. Charlamos un poco, le juro que yo quise ser la copera, que no robé la bandeja. Él dice creerme, aunque no parece convencido. Se tumba bajo el árbol. Hago lo mismo. Le digo que podemos compartir la manta. Terminamos los dos tumbados espalda contra espalda y con la manta por encima.
    
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    Despierto a media noche. Una hermosa luna luce en el cielo. La noche no es del todo oscura. El cepo en las muñecas me tortura. Cambio de postura con cuidado para no despertar al soldado. Cambio varias veces y me sigue afligiendo. Por alguna razón, ya no tengo frío. Salgo de debajo de la manta. Oigo roncar al hombre… al muchacho, pienso al ver su cara de niño a la luz de la luna.
    
    Una idea loca pasa por mi mente. Realmente, un plan de fuga. Sólo es posible si él me ayuda. Como puedo me acerco a él. Estoy unida al árbol, pero llego aunque sea por poco.
    
    A tientas sobre él, con mis dos manos unidas, busco su entrepierna. Encuentro lo que busco. Toco el miembro desde fuera de la ropa. Rápidamente, siento como se llena de sangre y se endurece. Con él todavía roncando, introduzco los dedos bajo su ropa y comienzo a masturbarlo con cariño.
    
    Él empieza a convulsionar, deja de roncar y su respiración ...
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