Albast.Capítulo 27 - Relatos Eróticos

Albast.Capítulo 27

... detalles.

—Pobre gente. Van a pasar frío allá arriba.

—No se preocupe, Capitán. Si han sobrevivido hasta ahora, un poco de frío no acabará con ellos. Solo manténgase a una altura suficientemente baja como para que tengan aire para respirar.

—Eso si logramos despegar. —replicó Hipper mientras veía a los camiones apartándose e iluminar la pista con los faros.

A pesar de la invitación de Simmons, Douglas insistió en ir en el Lancaster con los prisioneros judíos. Hipper le habilitó un asiento en cabina y se ató a él. Por la ventanilla pudo ver como el Liberator desaparecía delante de ellos con un rugido.

—Ninguna bola de fuego delante de nosotros. Buen indicio. —comentó el comandante con una risa burlona— Vamos allá.

Los pilotos aumentaron las revoluciones de los motores y cuando estuvieron al máximo soltaron los frenos y el avión comenzó a carretear por la hierba mojada.

—Vamos, chico. Se bueno y levanta ese culo gordo. —le animó Hipper al pesado aparato, mascando chicle con furia.

El avión aceleró lentamente con su carga humana mientras la sombra del bosque se vislumbraba cada vez más cercana. Douglas apretó los dientes y dejó de respirar justo en el momento en el que la aeronave se separaba lentamente del suelo. Los dos pilotos tiraron de los mandos con todas sus fuerzas, con las copas de los árboles a apenas doscientos metros. Poco a poco los árboles fueron desapareciendo de la visión mientras el copiloto marcaba la altura...

—Quince pies... veinticinco pies... cuarenta pies. —un ruido de ramas rotas y un suave tirón acabaron con la cuenta atrás.

—Ha ido por los pelos. —comentó Douglas.

—Invitas a la primera ronda. —dijo Hipper girando hacia el sur detrás de las luces de navegación del Liberator. Lejos, al este, se podían vislumbrar las primeras luces del alba iluminando el horizonte...